miércoles, 12 de noviembre de 2014

El sustituto





Algunas personas son incapaces de superar la muerte de un ser querido. Ahí intervengo yo: imito la apariencia del muerto, su forma de hablar, de caminar, de besar... ocupo su lugar temporalmente.

Todo iba bien hasta que me contrató Alicia:
Cada latigazo arrancaba trozos de mi piel, cada puñetazo me dejaba escupiendo sangre. Poco a poco me fui acostumbrando.
Aprendí a mitigar los golpes, a esconderme de ella.

Va a ser muy duro. Si sobrevivo, prometo leer siempre la letra pequeña. No dejaré que me contrate de nuevo una maltratadora.

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