domingo, 15 de marzo de 2015

El secreto de la invisibilidad




Juan podía hacerse invisible a voluntad...o al menos eso creía él.
Su primer experimento importante lo realizó en la adolescencia, cuando decidió entrar en el vestuario de las chicas. Usó toda su capacidad de concentración para hacerse invisible, abrió la puerta y entró con sigilo.  Acabó con tres costillas rotas, la cara de un color entre negro y morado y una semana de expulsión.

Tal vez debería probar con algo más sencillo, pensó. Sólo una persona esta vez.  Siguió a Ana, la profesora de francés por quien bebía los vientos, hasta la parada del autobús. Era un día lluvioso, aunque estaba seguro de que eso no afectaría a sus poderes. Se concentró, se puso delante de ella y la besó en la boca.  En urgencias se las vieron y desearon para sacarle una de las varillas del paraguas del hombro derecho.

Con el paso de los años los experimentos se fueron espaciando en el tiempo, además acabó haciéndose amigo del equipo de urgencias del hospital en donde acababa a menudo y casándose con Rosa, una doctora de mirada dulce y comprensiva. La única persona del lugar que nunca se burló de él. El matrimonio duró apenas dos años ya que ella le echaba en cara  lo sola que se sentía en la relación. “Soy el hombre invisible”, le dijo ¿Qué esperabas?

Lo abandonó una mañana soleada de marzo y él se dio cuenta de que acababa de perder a la primera persona que de verdad lo había amado. La última también, aunque le costó varios años y muchas botellas de Johnny Walker descubrirlo.

Pasó el tiempo y la juventud dio paso a la madurez y ésta a la vejez. Sólo entonces observó, no sin cierta extrañeza, que había alcanzado  la perfección en su arte: al fin era totalmente invisible. Nadie reparaba en él ni le prestaba la menor atención. Nadie se fijaba ya en ese ser frágil, encorvado y de paso inseguro. Lo había conseguido: era tan invisible como las estrellas a la luz de sol. 

Tanto tiempo gastado en intentos infructuosos para perfeccionar sus poderes y sin embargo bastaba con una cosa: envejecer.






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